Gastos hormiga: qué son y cómo reducir pequeños consumos diarios
Un día por la tarde nos dirigimos al café de siempre por un antojo que nace en nosotros y pedimos y ordenamos hasta que estemos satisfechos. En principio parece “lo de siempre” pero sin darte cuenta es probable que nuestros bolsillos estén pagando los platos rotos de un desorden cuando podemos controlar este gasto. Gastos hormiga suena a pequeño ¿verdad? Pero poco a poco nos consume sin saber que ello sucede. Desde este artículo aprenderemos a reconocer cuales son estos gastos y cómo eliminarlos.
¿Qué son los gastos hormiga?
Los gastos hormiga son esos consumos de importes menores que parece no afectar a tu presupuesto pero que en la vida real sí tiene valor financiero tanto si se trata a nivel personal o familiar. En resumen, son compras que hacemos con regular frecuencia de objetos que no necesitamos.
Cuando hablamos de gastos se suele pensar inmediatamente en los de mayor peso, tal es el caso de las compras con la tarjeta de crédito, los alquileres de autos o vivienda, los gastos de servicio de luz o teléfono entre otros que dices “huy cuanto ha venido el último recibo del mes”. Lo que no tomamos en cuenta son los gastos menores que pueden vaciar tu bolsillo de forma silenciosa. Comúnmente no nos medimos a la hora de hacer un gasto de ese tipo porque no sabemos el impacto en nuestra vida que puede llegar a tener y tampoco nos concientizamos acerca del problema.
Entre los gastos hormiga frecuentes tenemos:
- Comer a las afueras del hogar.
- Los antojos de la bodega o mini market.
- Las suscripciones de servicios que no usamos al 100%, pero pagamos.
- Compras por impulso.
- Comisiones de tarjetas de crédito.
- Pagos adicionales en servicios básicos.
- Loterías deportivas que pueden ser un vicio.
- Asistir con frecuencia al cine por una película en lugar de quedarse en casa.
- Coger un taxi para destinos cercanos cuando se puede ir caminando.
¿Cómo reducir los gastos hormiga?
Puede que un momento de conciencia nos demos cuenta de estos gastos, pero aunque sepamos lo que hacemos quizás sigamos haciéndolo pues esto se hace una costumbre porque lo hacemos siempre y forma parte de nuestra rutina. En caso que quieras reducir los gastos hormiga tenemos algunos consejos que pueden llevarte a mejorar estos hábitos:
Consumo de antojos diarios
Si en tu rutina diaria te acostumbraste a comer una torta o una bebida gaseosa, podrías dejar de consumir alguno de ellos o alternando entre ellos.
Gastos de internet
Suele pasar que estás en un plan de internet con telefonía fija con 100 MB o 200 MB por un largo periodo, sin embargo no has revisado la página de la empresa de telefonía, a veces pasa que cambian de precios sin previo aviso y puedes presentar un reclamo a la operadora para reducir el precio.
Comer fuera de casa
Resérvate las comidas fuera de casa solo para fechas especiales. Recuerda que un menú puede llegar a costar hasta tres veces más si en lugar de ello cocinamos en el hogar. Puedes llevar tu comida en un recipiente a tu centro de trabajo.
Compras
Procura llevar una lista al supermercado, un pensamiento impulsivo y regresamos con electrodomésticos.
Planes de celular
Comprueba los consumos de datos en tu celular y si se ajusta al plan contratado, tal vez hay un plan económico para ti que no se diferencia del plan actual que manejas en la actualidad.
Plataforma de streaming
Si tienes muchas cuentas de streaming como Netflix o Star Plus, piensa si usas las cuentas como para necesitar varias, quédate solo con la cuenta que si necesitas.
Transporte
Organiza mejor tus viajes y usa el transporte público en lugar de taxis. Una bicicleta también es otra salida si es un lugar cercano.
Apuntes
Lleva apuntado todos los gastos que haces en un día.
¿Es malo tener gastos hormiga en nuestra economía?
La respuesta es un rotundo SÍ. Los gastos hormiga se consideran malos porque no son necesarios si los comparamos con los pagos de servicios o la alimentación, en lugar de ser un beneficio reducen tu economía dejándote poco para ahorrar. Jorge Carrillo Acosta, especialista de la Universidad Pacifico nos cuenta “Es bueno darse un antojo de vez en cuando y es bueno también tenerlo previsto en el presupuesto”.