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Países en desarrollo ya le deben más a China de lo que reciben

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Castle 11 octubre, 2025

Un nuevo estudio muestra que la deuda con China supera los nuevos préstamos.

Cuando los préstamos ya no alcanzan

Los países en desarrollo están entrando en una nueva etapa de su relación financiera con China: ahora están devolviendo más dinero del que reciben.

Según un estudio del Global Development Policy Center de la Universidad de Boston, estos países están pagando cerca de US$ 3.900 millones más al año en deuda con China, en comparación con los nuevos préstamos que reciben. Este flujo negativo comenzó en 2022‑2023.

Entre 2008 y 2024, China prestó aproximadamente US$ 472 mil millones para financiar proyectos de infraestructura en países de bajos y medianos ingresos.

Pero ahora, el dinero va de vuelta a Pekín… y esto tiene implicancias importantes.

¿Por qué importa esta tendencia?

China fue, durante más de una década, el mayor prestamista del mundo en desarrollo, financiando obras de transporte, energía, agua y tecnología a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Pero ese impulso ya no es el mismo. Los nuevos préstamos han caído, y los países beneficiarios empiezan a devolver lo que deben… sin recibir tanto a cambio.

Esto genera presión fiscal, limita el margen de maniobra financiera y reduce la capacidad de invertir en salud, educación o medio ambiente.

El flujo de dinero ya no va hacia los países, sino que vuelve a China.

Riesgos de depender de un solo prestamista

Depender en exceso del financiamiento chino tiene consecuencias:

Riesgos:

  • Menor diversificación de deuda: si China ajusta sus condiciones, los países quedan expuestos.
  • Posibles renegociaciones forzadas: algunos países ya están buscando reestructurar sus pagos.
  • Reducción de espacio fiscal: con más pagos saliendo, queda menos para inversión social o climática.

Lecciones clave:

  • Es momento de reevaluar estrategias de financiamiento externo.
  • Buscar nuevas fuentes multilaterales o regionales.
  • Apostar por mayor transparencia en los contratos de deuda.

¿Qué deberían hacer los países endeudados?

Este cambio obliga a muchos gobiernos a:

  • Revisar su política de endeudamiento externo.
  • Priorizar inversiones que generen retorno económico o social.
  • Buscar opciones de refinanciamiento con mejores condiciones.

Al final, endeudarse no es malo en sí mismo, pero sí lo es cuando el crédito no genera desarrollo real… o cuando la deuda se convierte en un boomerang.

¿Qué significa esto para ti?

En pocas palabras, muchos países en desarrollo están en el lado equivocado del flujo financiero con China.

Para los ciudadanos, esto puede traducirse en menos obras nuevas, menos gasto social, y más presión para ajustar presupuestos.

Y para quienes analizan inversiones globales o deuda soberana, es una señal clara de que la etapa “China como gran prestamista” está mutando, y eso obliga a repensar riesgos y oportunidades en la región.

Resumen rápido:

  • Los países en desarrollo pagan US$ 3.900 millones más al año a China de lo que reciben en nuevos préstamos.
  • Entre 2008 y 2024, China otorgó US$ 472 mil millones en créditos para infraestructura.
  • El flujo negativo afecta su capacidad de inversión social y genera riesgos por dependencia financiera.

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